CARACTERÍSTICAS
En primer lugar se ha rediseñado la mediana, adaptándola además a un trazado menos forzado que el anterior y dibujando una curva lo más suave posible. En una vista aérea de la ciudad puede observarse cómo el río dibuja una figura curva característica compuesta a su vez por varios tramos curvos. La calzada paralela se adaptaba bastante bien a ese trazado salvo, justamente, en este pequeño tramo curvo de radio igualmente pequeño, lo que ampliaba los perjuicios. Los tramos rectos en este punto además estaban desconectados, es decir, desplazados: el de la calle Valladolid al Sur y el de La Merced al Norte. Ello forzaba a un trazado poco natural de la curva que comunicaba ambos tramos rectos, obligando a dibujar a los conductores una “S” dentro de la propia curva, si es que pretendían mantener el mismo carril. De esa forma un conductor poco avisado tendería, transitando de la calle Valladolid a la Merced, a pasar del carril derecho en el primer tramo al izquierdo en el segundo (de forma similar a lo que ocurre en la plaza Conde de Castro), lo que puede ocasionar situaciones comprometidas en la circulación paralela. Por lo mismo, al realizarlo al revés, la mediana desplazada al sur obligaría a girar más a la derecha de lo normal, pero este efecto se ve agravado por la posición de la isleta central (donde se detienen los que pretender girar hacia la Plaza de Vega para ceder el paso): es preciso girar repentinamente a la derecha para salvar ese obstáculo, ya que no se puede anticipar con el volante debido a la abrupta esquina del “bar Sabana”, que no permite iniciar el trazado antes, y para no colisionar con los que ocupan el carril derecho (vayan a girar a la derecha o no); después de superado el obstáculo que forma la citada isleta más los coches detenidos a su altura, el conductor debe girar otra vez para poder embocar el siguiente tramo, que además supone un estrechamiento momentáneo y la limitación puntual a un solo carril. Sin embargo por mi experiencia casi no ha habido colisiones en este punto puesto que los conductores se percatan rápidamente del peligro (a no ser que el empecinamiento de uno de ellos por mantener el carril que hasta entonces llevaba fuerce otra cosa, por no querer convencerse de que por ahí sólo se puede pasar de uno en uno). Sin embargo sí he presenciado frecuentes colisiones a la altura de la esquina del “bar Sabana”, sobre todo con vehículos largos involucrados, tanto si éstos pretendían seguir derecho, como si lo que pretendían era torcer hacia la calle Madrid. En ese caso los conductores locales sabemos que las líneas horizontales no deben respetarse, sino que hay que apartarse lo máximo posible de los vehículos largos, invadiendo el sentido contrario si seguimos nosotros recto, o esperando a que ese vehículo nos haya sobrepasado si pretendemos torcer a la derecha. También he presenciado accidentes por colisión con los vehículos detenidos (o que debían estarlo) a la altura de la isleta. Todas esas circunstancias obligaban a prestar una especial atención al transitar por ese tramo. La idea de construir un tramo de carril justo aquí, a costa del retranqueo de la esquina de la casa y sin desplazar la mediana, agudizaría aun más este sinuoso trazado (otras consideraciones aparte).
Si la casa en cuestión estuviese situada en la esquina marcada “manzana” en la primera imagen vería más justificable su demolición para mejorar el trazado de la curva (pero lo rechazaría por otros motivos).
He considerado que la isleta longitudinal central en el paso cebra de la calle Merced es completamente inútil, y por eso la he suprimido, al igual que otra que había en el paso de “bar Dallas”, que ya fue suprimida hace unos años.
Por otra parte he considerado que la isleta “circuloide” ajardinada del centro de la plaza está mal diseñada, mal situada y genera entorpecimiento del tráfico más que otra cosa. Además, por su forma y situación central puede, y lo hace, confundirse fácilmente con una rotonda que últimamente están tan de moda, y por ello utilizarse para realizar un cambio de sentido. He visto cómo vehículos que procedían de la calle Madrid y se disponían a realizar un cambio de sentido girando sobre esta rotonda en un momento se colocaban, sin pretenderlo y sin saberlo, en sentido antirreglamentario, en posición de colisionar con los procedían de la calle Merced. Sólo los conductores locales sabemos que para realizar esa maniobra hay que separarse de esa “rotonda” y colocarse en la línea de detención de la otra isleta, para ceder el paso a los que vienen de la calle Merced. La otra isleta triangular pintada no molesta, pero es inútil y ocupa valioso espacio.
Además he corregido otros detalles no menores, como son los pasos cebra de la plaza y los semáforos. El de “bar Dallas”: muy alejado, mal situado y mal trazado, y el que está más al interior de la plaza: excesivamente alejado y poco práctico. El semáforo de la curva hacia el puente de Santa María y el de la isleta circular dejan de tener sentido en este nuevo trazado.
De esta manera el problema del tráfico en este punto queda resuelto como un cruce clásico, dado que, lamentablemente, no hay espacio para una solución mediante rotonda. Las dos líneas maestras de este cruce en vez de cruzarse “en cruz” lo deben hacer “en x”, por lo que necesariamente existen giros suaves y otros más abruptos. Para regularlo están cuatro semáforos en los cuatro pasos cebra fundamentales. La única excepción es el carril para el giro de la calle Madrid a la calle Valladolid. Con la correcta señalización ese carril no estorbaría el funcionamiento del cruce, y admitiría tres posibles tratamientos, desde mantenerlo como calzada normal tal y como está ahora, o que desapareciera y convertirlo en zona totalmente peatonal o, siendo la solución que yo recomiendo: zona con pavimentación diferenciada (no asfalto) destinado a tráfico muy limitado (carga-descarga rápidas, paradas momentáneas...) y se autorregularía gracias a una “prioridad peatonal” y un ceda el paso al final.
Considero que queda así bien resuelto el paso de la calle Madrid al puente de Santa María (ahora es un suplicio de curvas, detenciones y semáforos), y además se corresponde con el trazado histórico del “camino real de Madrid” (ventaja técnica y respetuosa con el patrimonio). Lamento que el espacio existente en el Puente de Santa María fuerce a que los tres carriles que existen allí sean más estrechos de lo normal.
La línea formada por calle Valladolid- calle Merced está dotada de un trazado natural, suave y racional, además de equipada con dos carriles uniformes y bien dimensionados por sentido. Además las dos calles están ahora muy bien conectadas.
Es notable la mejora a la fluidez que se logrará, particularmente en el giro de la calle Valladolid hacia la calle Madrid, que incluso permitiría el giro a dos vehículos simultáneamente y sin precisar ceder el paso o realizar stop, si bien ambos carriles serían válidos para proseguir rectos hacia la calle Merced (al contrario de la situación actual), solucionando una buena fuente de embotellamientos de la actualidad.
Cuando, por necesidades especiales de tráfico, sea necesaria una regulación mediante agentes, podrá realizarse desde la isleta “1”, dejando de precisarse los dos agentes que ahora son necesarios (de agradecer, no sólo por el ahorro de recursos, sino por las dificultades para una buen coordinación entre ambos).
Las limitaciones espaciales son notables, y la solución propuesta debe considerarse como una solución “de compromiso” para conjugar los problemas de espacio, el alto rendimiento circulatorio que precisaría hasta la entrada en funcionamiento de la circunvalación y el bulevar, tras el desvío del ferrocarril, mínima agresión y el máximo respeto a los trazados y alineaciones históricas, en el marco de Conjunto Histórico y área de protección.
or otra parte se consigue aumentar el área peatonal, o mejor dicho, recuperar este clásico espacio, ofreciendo una imagen muy similar a la histórica. Igualmente, como en el pasado, recomiendo la colocación de árboles frondosos y parterres vegetales, que no impidan el tránsito peatonal, pero mejoren la imagen y calidad de la genuina plaza de Vega. Bancos y otro mobiliario urbano seleccionado y dispuesto con equidad también es pertinente.
En esquina del “bar Dallas” debería suprimirse el “gurda raíles” y cambiarse por otra solución y, en todo caso, recomiendo cubrirlo con un espeso seto vegetal, prolongándolo por delante y por detrás. Para aumentar la zona peatonal se podrían construir soportales en esa esquina, si alguna vez se edificara de nuevo.
Debería estudiarse seriamente la posibilidad de recuperar la rasante histórica que presentan las manzanas Este y Oeste, dado que hay muchos edificios, ya rehabilitados o construidos de nuevo que la conservan y es improbable que vayan a sufrir una modificación constructiva importante en muchos años. Estimo importante la uniformidad que ello supondría, aparte del criterio conservacionista.
Dejo para mejor ocasión otros aspectos de mi personal visión de lo que podría ser el futuro desarrollo urbanístico de esta zona histórica (peatonalización de calle Calera-plaza P. Manjón, puente peatonal de “las carretas” y cambio de sentido de calle San Pablo).
El coste, en sacrificio del paseo, (“sopas y sorber, no puede ser”), es sumamente contenido y está compensado, además de ganarse un área nueva y nuevos árboles. Para los que lo consideren inaceptable se puede proponer una solución todavía mejor, si bien más costosa (el paso inferior, como en París, que permitiría la peatonalización de casi toda la plaza).
Podría aprovecharse la ocasión para hacerse un retoque en el planteamiento de “Espoloncillo”, análogamente a lo realizado en el Espolón.